Por Ignacio Koblischek. Todos los derechos reservados.

1.--El vocabulario heráldico 

Las primeras descripciones que interesan al Sistema Heráldico son aquellas que hacen referencia a sus antecedentes. Las primeras las encontramos en los Cantares de Gesta cuando se describe la forma y estructura de los escudos que portan los guerreros. Se recurría a ellas para ambientar la batalla y transmitir la riqueza y opulencia de los caballeros más esforzados. Estas primeras descripciones vinculaban el escudo a su portador. Estaban escritos en las nuevas lenguas derivadas del latín, llamadas romances, que se estaban formando por todo el territorio europeo como el francés, español, rumano, italiano o portugués. 

"Y Otón golpea a un infiel, Estorgán, en el borde superior de su escudo, de tal suerte que le desgarra los cuarteles de blanco y bermellón;…". (Chanson de Roland CI) 

Las descripciones se hacen de una manera coloquial con términos propios del lenguaje militar y estructurales del escudo como arma defensiva. 

-Siglo XIII. En el siglo XIII se especializa más el vocabulario las expresiones coloquiales se transforman en otras más elaboradas como "del uno en el otro", "pieza cosida". A mediados de este siglo nace el blasonamiento clásico. 

Por otro lado, es necesario el uso del lenguaje heráldico para describir documentos, sellos o cualquier objeto en el que aparezca un escudo de armas, muy útil para las Cancillerías, notarios o escribas de la época. Se recurre a un lenguaje sencillo pero preciso al que se incorporan términos que provienen de otros sectores, como el textil.

-Siglo XIV. El lenguaje heráldico sigue, en este siglo, el mismo camino que el del Sistema Heráldico y cae en un profundo estancamiento. Se crean pocos términos nuevos y surge el problema de describir los ornamentos exteriores. Se intenta crear un lenguaje sistematizado, riguroso y preciso teniendo al latín como lengua vehicular. 

-Siglo XV y XVI. Continúa la decadencia. En este siglo es provocada por los Reyes de Armas que abusan de neologismo, expresiones metafóricas y pleonasmos, con la intención de convertirlo en un lenguaje exclusivo y de esta manera apropiárselo. 

-Siglo XVII. Se incorporan nuevas reglas para el blasonamiento y, por consiguiente, nuevos términos tomados de las leguas clásicas y, sobre todo, del francés. En 1682 John Gibson publica, sin mucho éxito, "Introductio ad Latinam Blasoniam", obra en la que ofrece un compendio de vocabulario en latín. En el siglo XVII el latín es desechado definitivamente como lenguaje "oficial" de la Heráldica 

-Siglo XVIII y XIX. Vuelve la decadencia, en esta ocasión, provocada por la necesidad de tener que describirlo todo de una forma minuciosa. Esta actitud nos lleva a no discernir lo fundamental con lo superfluo. 

-Siglo XX y XXI Aunque a lo largo del siglo XX se produce un resurgimiento del uso adecuado del lenguaje heráldico, sobre todo a finales de siglo XX. En el siglo XX, internet es la causante de un nuevo descalabro. traducciones inmediatas y la falta de formación dan como resultado traducir "coat of arms" por "capas de brazos" o "arms" por "brazos".

Características del lenguaje heráldico 

Para que el lenguaje heráldico sea positivo y beneficioso para el Sistema Heráldico tiene que tener una serie de características aceptadas por la totalidad de los heraldistas, de lo contrario, el efecto es totalmente negativo y contraproducente. 

Estas características las podríamos resumir en: 

-Sencillez. Que no abuse de pleonasmo.

-Internacionalidad. En la mayor medida posible entendible en todos los idiomas. De momento sólo se ha conseguido con algunos términos como el nombre de los esmaltes y algunas actitudes animales. En principio parece imposible, pero, por ejemplo, con las coordenadas de las superficies se ha conseguido unificar con el lenguaje numérico. 

-Concreto. No reparar en los detalles del artista. -Homogéneo. Que todos los términos sean unívocos y con el mismo significado para toda la comunidad heráldcia.