Por Ignacio Koblischek.

3.1.-Tratado de Verdún (843)

Contexto histórico.

Zona clásica: El Tratado de Verdún (843). 

Por el Tratado de Verdún (843) se dividió el Imperio Carolingio que dejaba Luis el Piadoso entre sus tres hijos: Lotario (Reino Central), Luis el Germánico (Reino Oriental) y Carlos el Calvo (Reino Occidental). El Imperio Carolingio se extinguió en el año 897, cuando Carlos el Gordo fue depuesto por la Dieta Imperial. Las causas de la caída fueron tanto internas como externas.

Causas internas.

-Falta de infraestructuras que permitan la comunicación entre las distintas zonas del territorio. 

-Los Condes basan su relación de vasallaje en la fidelidad con el monarca. Fidelidad que se va debilitando por el aislamiento y la ambición de los señores locales que intentan conseguir a toda costa la heredabilidad y transmisión de sus beneficios (feudos). Carlos el Calvo llegó a reconocerla en las Capitulares de Quiercy de 877.

-La pluralidad de grupos étnicos con distintos idiomas y culturas complican aún más el gobierno del imperio,

Causas externas.

-Desde los siglos VIII al XI, el territorio europeo se ve sometido a una nueva ola de invasiones protagonizadas por sarracenos al sur, normandos al norte y magiares al este, logrando aterrorizar a la población por sus rápidas incursiones y el uso de una violencia desmedida.

-La debilidad de los reyes carolingios impide frenar los ataques, por lo que la población no tiene otra opción que acudir en busca de protección a los señores locales que no hacen más que acrecentar las prerrogativas de sus feudos frente al poder central.

Consecuencias de la caída.

-Feudalismo y fraccionamiento del poder. La principal consecuencia es el fraccionamiento del poder que se asienta gracias a las nuevas relaciones feudovasalláticas que se van forjando en este siglo, tales como, privatización del poder, usurpación de prerrogativas reales, patrimonialización de los cargos, inmunidad de su poder dentro de su territorio y heredabilidad de los feudos.

-Como resultado asistimos al nacimiento de los príncipes territoriales: Flandes, Aquitania, Borgoña, Sajonia, Baviera, Suabia, Franconia y Lorena. En definitiva, el ejercicio del poder va unido a la posesión de la tierra y al oficio militar, y su transmisión se legitima por la herencia dentro de un mismo linaje.

Contexto cultural

Zona clásica. En la Europa occidental se desarrolla el Arte otoniano. Estilo artístico prerrománico continuador del arete carolingio. Se produce bajo el patrocinio de Otón I (936-973). Al igual que el arte carolingio, fue un arte cortesano, su finalidad consiste en crear un vínculo con los emperadores y los gobernantes cristianos de la antigüedad tardía, como Constantino, Teodorico el Grande y Justiniano, y con sus predecesores carolingios, en particular Carlomagno.

En las islas británicas continua desarrollándose el arte anglosajón. En Escandinavia el arte vikingo desarrolla su estilo Borre (850-950) y Jellinge (900-975).

Zona media: en la península ibérica continua desarrollándose el arte astur y el mozárabe hasta comienzos del XI con la aparición del románico.

En la península italiana a partir del finales del siglo XI se desarrollará el arte románico lombardo.

Zona tardía: se desarrolla el arte bizantino.

Necesidad emblemática.

El Imperio carolingio se va fraccionando y, por consiguiente, surgen nuevas enseñas, monedas y sellos que exteriorizan el poder y la autoridad de los nuevos monarcas. Las especificaciones en las monedas deben ser más concretas, ya no hay un sólo emperador, hay que hacer clara referencia al gobernante, su territorio y su legitimidad.

Respuesta formal.

No hay excesivos cambios en los signos de poder. La acuñación de moneda era una prerrogativa regia, regalía, que los nuevos monarcas no tardan en ejercer.

Siguen la tradición carolingia, anverso con busto e inscripción perimetral con el nombre del monarca y reverso con cruz, monograma (monedas de Luis III el Joven y Pipino II de Aquitania) o templo. Hay que destacar, que fue Carlos el Calvo (840-877) el primero en utilizar en las monedas la expresión Gratia Dei, como signo de debilidad, para reivindicar frente a los nobles que su poder viene de Dios y tiene derecho a gobernarlos (1).

Los sellos de validación (sello de Lotario I) son pequeños, de unos 12 a 40 mm, del mismo tipo sigilar que los anteriores. Se mantiene el busto a la romana y la inscripción perimetral.


Notas

(1) La moneda medieval cristiana: medio de propaganda política. Pág. 70. José María de Francisco Olmos.

Monedas de Carlos el Calvo.

Moneda con monograma de Luis el Joven.

Óbolo de Pipino de Aquitania.

Sello de Lotario I (868 / 50 mm).